A
estas alturas casi todo el mundo conoce las zonas erógenas típicas de la mujer.
Sin embargo, en sexo, algo que resulta muy recomendable es la exploración, la
investigación, la innovación…Buscar nuevas zonas erógenas puede resultar
divertido y excitante y seguro que ayuda a conocer mucho más el cuerpo de la
pareja e incluso el propio.
LAS
MANOS:
Generalmente
el primer contacto entre los cuerpos cuando una pareja inicia una relación
sentimental, suele ser a través de las manos, con suaves roces, abrazos, manos
entrelazadas… Curiosamente, una vez que la relación avanza, cogerse de la mano
pasa a ser más una rutina que una comunicación erótica. Sin embargo acariciar
lentamente las manos, variando la intensidad, tocando entre los dedos,
masajeando suavemente las muñecas…suele resultar como mínimo, agradable y en
muchos casos, relajante o incluso excitante. Es un buen modo de comenzar para
ir “abriendo” los sentidos. En una segunda fase, es mejor sustituir las manos
por los labios.
LOS PIES:
Hemos
de tener en cuenta que no a todas las personas les agrada que les toquen los
pies, por lo que es necesario observar si nuestra pareja está o no en este
grupo. Si le gusta, pocas cosas resultan más relajantes que un buen masaje de
pies, especialmente después de una dura jornada. Inicia el contacto de forma
suave para ir aumentando la intensidad y abarcando al principio todo el pie
para después centrarte en determinados puntos que resultan más eróticos. Estos
puntos son el empeine y la zona alrededor de los tobillos. Realiza masajes
circulares, variando la velocidad y la intensidad. A medida que aumentes la intensidad,
reduce la velocidad. Verás como tu chica se sentirá mucho más receptiva.
GLÚTEOS
Y CADERAS:
Últimamente
se han puesto de moda los masajes en los glúteos. Acariciar a tu chica en esa
zona, mediante masajes circulares en la zona lumbar y hacia la cadera, hará que
sus sentidos se despierten. Ten en cuenta que para evitar las cosquillas, es
mejor que el masaje sea firme, intenso y no muy lento. Describe movimientos
circulares alrededor de la cadera y en forma de abanico desde la zona de la columna
hacia fuera. Una vez masajeada la zona, cambia tus manos por tus labios y la
respuesta de ella será mucho más sensual.
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